viernes, septiembre 01, 2006

Continuidades del choque entre oralidad y escritura

Ilustración:
Etnia ecuatoriana de los saraguros.
Más información en:
http://qollasuyu.indymedia.org/es/2004/02/574.shtml
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Al avanzar en la diacronía con los contenidos de la asignatura podría quedar el efecto no deseado acerca de cómo determinados conflictos sucedieron, ocuparon el espacio de una clase y desaparecieron sus actores y el conflicto mismo.
Va este artículo de Rosa María Torres para demostrar la persistencia del choque oralidad-escritura hasta nuestros días:

"Efectivamente, la alfabetización en medio y en lenguas indígenas viene siendo tradicionalmente incomprendida, descuidada y hasta abandonada en la mayoría de nuestros paises. No vemos desgraciadamente signos de cambio en este nuevo momento de impulso de la alfabetización a nivel nacional y regional. Esta es ya, de hecho, una de las conclusiones claras a las que arribamos en el estudio regional sobre alfabetización y acceso a la lengua escrita que vengo realizando conjuntamente con el CREFAL.

Menciono aquí sin elaborar ni profundizar, unos pocos ejemplos que he venido registrando en mis recorridos por diversos países:

- El programa cubano Yo Si Puedo viene realizándose hasta la fecha únicamente en español (cartilla y videos) en los países en que se aplica, entre ellos países con alto componente indígena - e incluso alto porcentaje de población monolingüe - como es el caso de México, Ecuador, Bolivia o Perú. (Hace pocos dias, mientras yo estaba en Bolivia, salió a Cuba una delegación boliviana, quechua- y aymará-hablante, que grabará los videos del YSP en estas dos lenguas. Se espera contar para septiembre-octubre) con la grabación de las videoclases en ambos idiomas. Hasta tanto, el método se está usando en español en todos los puntos abiertos hasta la fecha en el territorio nacional). En Ecuador y en Bolivia, en particular, he visto usarse el método Yo Si Puedo con personas quechua o aymará hablantes, que no comprenden lo que leen en la cartilla ni lo que escuchan en la televisión. En Bolivia, en zona aymará, he visto facilitadores que se dan modos para "traducir" el video al aymará mientras éste transcurre en español, con lo cual la clase se vuelve un caos, el video queda apenas de ruido de fondo y la tarea de facilitador(a) se vuelve tremendamente compleja y exigente. (A esto se agregan diversos problemas tecnológicos, entre otros problemas de visión asociados a un televisor pequeño, en clases numerosas y con muchos participantes de edad madura y avanzada que no alcanzan a ver las letras y los textos en la pantalla).

- En México, en mis recorridos por Michoacán vi el programa Yo Si Puedo utilizándose en español en zona de habla purépecha, y en zonas donde no hay televisión. En Oaxaca, fui a visitar la región mixe, en la que los niveles de monolingüismo en mixe, sobre todo entre las mujeres, son muy altos. Aqui, el único programa que viene funcionando es el del INEA (Instituto Nacional de Educación de Adultos), programa en lengua mixe, operando desde hace varios años, basado en una cartilla y en alfabetización presencial. Se trata de un programa convencional pero, por lo que pude percibir, eficaz desde el punto de vista del aprendizaje, entre otros por el hecho de tomar como referente y punto de partida la lengua de los participantes.

- En el Ecuador, el grueso de los programas de alfabetización que vienen realizándose alfabetizan en español. Los videos que se han venido utilizando en el Yo Si Puedo son los grabados en Venezuela, con actores venezolanos. Posteriormente los videos se grabaron con actores ecuatorianos. He visto situaciones en que los participantes en los centros, que hablan entre ellos en quechua, no comprendían bien los videos. En zonas quechua-hablantes, el propio uso del español - incluso la variante ecuatoriana - plantea problemas de comprensión.

- En Cochabamba, Bolivia, visité el programa Bi-alfabetización que viene realizando el UNFPA en varios países (Perú, Paraguay, Guatemala) con apoyo técnico de CEPAL. Es uno de los pocos programas a nivel regional que efectivamente enseña a leer y escribir en ambos idiomas (quechua y español, en este caso), usando la lengua materna como lengua oral en el proceso de enseñanza-aprendizaje. No obstante, a pesar de las buenas intenciones y de las orientaciones expresas que reciben los facilitadores y el personal técnico, en las clases se termina dando más importancia al español que al quechua. Una serie de preconceptos e incluso nociones equivocadas sirven a facilitadores y participantes para justificar esta subordinación. La necesidad de trabajar más a fondo el tema linguístico y los prejuicios que lo sostienen, es tema de preocupación del equipo responsable del programa en Bolivia, sobre el cual conversamos abierta y constructivamente a propósito de mis visitas.

- También en Bolivia, en la ciudad de El Alto, tuve oportunidad de visitar Radio San Gabriel y un centro educativo para adultos asociado a ésta. Tanto en la programación radial como en los materiales impresos y en el proceso de alfabetización, el aymará ocupa un lugar central. Los participantes que ya saben leer y escribir en español y que ya han hecho algunos grados de escuela primaria, empiezan de todos modos desde el nivel inicial, a fin de aprender a leer y escribir en aymará.

Seria interesante saber qué está sucediendo al respecto en otros paises y programas, y cuáles programas están impulsando efectivamente la alfabetización y la apropiación de la lengua escrita en lenguas indígenas."

Rosa María Torres
Instituto Fronesis
http://www.fronesis.org/

Texto tomado de:
MINGA NACIONAL POR UN PAIS QUE LEE Y ESCRIBE
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