
El tránsito en el microcentro de la Ciudad de Buenos Aires se ha visto colapsado hoy debido a manifestaciones de estudiantes secundarios en contra de las políticas de restricción de becas de apoyo a los estudiantes de menores recursos que procura implementar el ministerio de dicha ciudad.
En diversas entrevistas en los medios, su Ministro de Educación, un conocido foucaultiano en los círculos pedagógicos, defendió dichas políticas al estilo de un slogan tristemente utilizado por el neoliberalismo de los noventa: ferrocarril que para ferrocarril que se cierra.
El Ministro venía verbalizando otra formulación demagógica anteriormente que sintetizaba en la elusiva y ambigua fórmula: "cuando el maestro dice no, es no".
La consigna difundida en los medios recogía una expresión materna o paterna de décadas atrás "cuando mamá dice no, es no" que sólo podrían sostener en la actualidad algunos nostalgiosos merecedores de terapias alternativas.
Y ello no significa que no reconozcamos los poderes tranquilizantes de la interpelación para algunas mamás/ papás/profesores de capas medias que no pueden reproducir en sus hogares o en las aulas los mismos esquemas en los que fueron criados en sus familias décadas atrás.
Allá andan esos docentes desconfiados de los celulares que los filman cuando no saben cómo controlar a la turba adolescente de la escuela secundaria básica en la provincia de Buenos Aires.
Propondríamos nosotros que cuando papá/profesor/mamá dicen no, es porque a la vez quieren decir no creo que sea prudente ahora, más vale que lo discutamos luego y por qué no pensamos cuáles son las otras posibilidades convenientes, entre otras variantes del liderazgo democrático.
El Ministro formula esas apreciaciones simplificadas, dirigidas a los docentes pero sobre todo a una clase media urbana que no sabe qué hacer con sus hijos púberes, y entra en una interpelación demagógica de un electorado voluble, cambiante e indeciso que empuja toda política de represión a ultranza cero porque se siente amenazado en la seguridad de sus bienes personales, por diversos factores, entre ellos, sus propios hijos.
De otro modo: ¿Qué mierda quieren estos pendejos que me vienen a joder ahora que llegué dónde llegué?
Lo que no se puede entender o aceptar que sea la misma persona, el Ministro, que en 1994 firmaba procurando explicar la complejidad de estos procesos:
"…Esto induce a recordar dos cosas acerca de las características básicas de estos saberes: por un lado, se encuentran política y epistemológicamentemente vigilados por los "especialistas", los pedagogos, que determinan cuáles deben ser los saberes a transmitir" […]En un momento de explosión de la masa de conocimientos, de fragmentación del poder de los especialistas y de mutación en el ejercicio de la lectura a favor de la emergencia de modos novedosos de tecnologización de la palabra ¿Podrán sostener este discurso los mismos dispositivos que surgieron hace tantos siglos?
NARODOWSKY, Mariano (1994) Infancia y poder. La conformación de la pedagogía moderna, Buenos Aires, Aiqué, pp. 202-203 (subrayado propio)
Nos divierte imaginar la forma del panóptico sobre el que se montará el Ministro foucaultiano para vigilar y castigar el normal dictado de las clases los días sábados para compensar las tomas de escuelas.
Rubén Cucuzza
"…Esto induce a recordar dos cosas acerca de las características básicas de estos saberes: por un lado, se encuentran política y epistemológicamentemente vigilados por los "especialistas", los pedagogos, que determinan cuáles deben ser los saberes a transmitir" […]En un momento de explosión de la masa de conocimientos, de fragmentación del poder de los especialistas y de mutación en el ejercicio de la lectura a favor de la emergencia de modos novedosos de tecnologización de la palabra ¿Podrán sostener este discurso los mismos dispositivos que surgieron hace tantos siglos?
NARODOWSKY, Mariano (1994) Infancia y poder. La conformación de la pedagogía moderna, Buenos Aires, Aiqué, pp. 202-203 (subrayado propio)
Nos divierte imaginar la forma del panóptico sobre el que se montará el Ministro foucaultiano para vigilar y castigar el normal dictado de las clases los días sábados para compensar las tomas de escuelas.
Rubén Cucuzza
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.