jueves, marzo 02, 2006

Fundamentación del programa

Decía Raymond Williams refiriéndose a la escritura (y por ende a la lectura) comparándola como modo de producción cultural con otros modos como la danza, la música, la pintura, etc.:

“...mientras cualquier persona en el mundo, con unos recursos físicos normales, puede mirar una danza o contemplar una escultura o escuchar música, casi el cuarenta por ciento de los actuales habitantes del mundo no puede establecer ningún contacto con una hoja escrita, y en períodos anteriores ese porcentaje era mayor. La escritura, como técnica cultural, depende por completo de formas de adiestramiento especializado, no sólo (como llegó a ser común en otras técnicas) para los productores, sino también, y de forma crucial, para los receptores. En vez de ser un desarrollo de una facultad inherente o generalmente accesible, es una técnica especializada totalmente dependiente de un adiestramiento específico.”[1]

De aquí a pensar que la escuela surgió como epifenómeno de la escritura hay sólo un paso: era la única técnica cultural que reclamó un modo institucionalizado de transmisión de saberes de manera temprana en la historia de la humanidad.
Es por ello que los ejes principales que organizan los contenidos de la asignatura serán los Medios de producción, transmisión, circulación y apropiación de saberes como determinantes en primera instancia de los Modos de producción, transmisión, circulación y apropiación de dichos saberes.
Las categorías remiten a los trabajos fundacionales del cuerpo teórico de la Historia Social de la Educación realizados por el equipo comenzando por la tentativa de redefinir su objeto de estudio como el estudio de la "historia de los modos, medios y relaciones sociales de producción, circulación, transmisión y apropiación del saber”(CUCUZZA:1996)
El actual programa recupera aquellos planteos e intenta apoyarse en la evolución histórica de tres ejes o procesos y sus mutuas interrelaciones de determinación:

a) Desde el eje de los MEDIOS (de producción, transmisión, apropiación de saberes), se analizará el desarrollo en las fases de la tecnología de la palabra con apoyo en las actividades de investigación del proyecto HISTELEA, Historia de la enseñanza de la lectura y escritura en Argentina: del Catón catequístico al ordenador, en especial en HSE I, en los antecedentes europeos y en la bibliografía reciente que se aproxima a constituir como campo interdisciplinario a la historia social de la lectura y escritura. Un lugar de importancia se otorgará a la evolución de las escenas de lectura.

b) Desde el eje de los MODOS (de producción, transmisión, apropiación de saberes), la asignatura se centrará en lo que llamaremos "modo escolar" que se identifica básicamente con la escuela, procurando recuperar la permanencia de los “modos accionales”. Desde esta perspectiva continuamos la polémica con las historias de la educación "tradicionales" al sostener que la identificación de la historia de la educación con la historia de la escuela desconoce el hecho de que la "universalidad" de la escuela, tal como hoy existe, es el producto de la expansión del capitalismo como cultura material y espiritual, expansión que en muchos casos ha sido violenta y a expensas de otros modos de producción y de transmisión del conocimiento propios de culturas que el capitalismo ha absorbido.

c) Desde el eje de las RELACIONES SOCIALES (de producción, transmisión, apropiación de saberes) se realizarán constantes referencias a los contextos socio-históricos en que dichos procesos se entrelazan generando asimetrías y diferencias de acceso al dominio de las tecnologías de la palabra. De otro modo, estamos hablando de los diversos registros de las luchas por sostener o cuestionar el monopolio del conocimiento, diferenciación y segmentación de los circuitos en la estructura de niveles y ciclos de los sistemas educativos, tipos y modalidades de interpelación/constitución de sujetos pedagógicos, etc.).

Durante su vida una persona no capta sino por transmisión social el proceso de construcción de las instituciones. Y éstas tienden a justificar su existencia a través de la construcción de explicaciones -haciendo uso de la selectividad- más acordes con el resultado de un proceso que con la dinámica que las ha generado. El raconto histórico, en este caso, contribuye a la legitimación institucional; sanciona mediante la afirmación de lo que meramente existe.

La "desnaturalización" de los fenómenos sociales es una tarea fundamental de las ciencias sociales porque la naturalización oculta el carácter construido de los mismos. En este sentido puede decirse que tal desnaturalización equivale a poner de manifiesto su proceso de construcción. (PINEAU:1996)

Así, trabajando en la diacronía intentaremos explicar, por ejemplo, que la sicodinámica de la oralidad no requiere de la institución escolar; que la escritura como medio particular de transmisión de saberes demandó la aparición de la escuela; que sin la escrituración de la Regla de San Benito de Nursia no se habría conformado el germen de los sistemas de enseñanza euro-occidentales; que sin la imprenta, la Ratio jesuita no hubiera construido su sistema educativo ecuménico, ni las élites liberales decimonónicas sus sistemas educativos nacionales; y en definitiva, sin los medios eléctricos y electrónicos, no estaríamos inmersos a fines del siglo XX, dentro de una verdadera "infósfera" que ha trasnacionalizado los modos de producción y transmisión del saber, al tiempo que ha profundizado la diferenciación y segmentación de su apropiación y distribución. (CUCUZZA:1996:141)

El encuadre teórico, se advierte, otorga un valor determinante al papel de los medios de producción, transmisión, apropiación y distribución de saberes en el proceso de escolarización de la cultura, determinación cuyos alcances y límites se constituye a su vez en uno de los problemas teóricos a discutir durante y en el desarrollo de la cursada. De otro modo: "La escuela es un epifenómeno de la escritura (...) pero también es "algo más". La escuela es un dispositivo de generación de ciudadanos -sostendrán algunos liberales- o de "cuerpos dóciles" -según algunos foucaultianos- pero "no sólo eso"...(PINEAU:1996:228).

Cabe agregar que, tanto las categorías modos de transmisión de saberes como medios de transmisión de saberes, así como el tipo y calidad de relaciones sociales de transmisión de saberes que constituyen a las dos primeras a la vez que son constituidas, tienen un grado de abstracción universal que es necesario analizar en situaciones de una cultura concreta a la que definiremos como una formación socio-histórico-educativa, o, de otro modo, una estructura singular donde es posible constatar una particular combinación heterogénea y desigual de modos, medios y relaciones de transmisión de saberes.

Como decíamos en otro lugar: “Todo el pasado de la historia social de la educación occidental se precipita en presente en un punto del tiempo y del espacio cuando un maestro mestizo escolarizado coloca una cartilla del alfabeto castellano en el pupitre de un alumno indígena mexicano que construyó su concepción del mundo pensando desde el habla nahuatl de su vida cotidiana.” (CUCUZZA, 1996)

Quizá la tentativa sirva para demostrar que si la escuela surgió asociada con la escritura, se construyó construyendo la modernidad en sus tiempos de oro de alianza con la imprenta, debatida, cuestionada y en crisis en los electrónicos tiempos del fin del milenio, se ha convertido en un refugio posible de promoción de la lectoescritura.
[1] WILLIAMS, Raymond (1981) Cultura. Sociología de la comunicación y el arte, Buenos Aires, Piados, p.87

Ilustración:

Disciplina

Cerámica anónima

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